Científicos de las universidades de Oxford y Aberdeen (Reino Unido) han identificado el lugar exacto del impacto del mayor meteorito que vieron alguna vez las actuales islas británicas. El lecho marino y algunas rocas en la superficie aún guardan sus huellas al extremo noroeste de Escocia.
La colisión se produjo hace aproximadamente 1 mil 200 millones de años, cuando la mayor parte de la vida todavía estaba en los océanos y casi no había plantas en tierra firme. Sin embargo, el equipo investigador califica de espectaculares las consecuencias de aquel impacto.
Según sus cálculos, la velocidad estimada del asteroide "no identificado" casi llegaba a 65 mil kilómetros por hora. El poder destructivo del choque con el objeto, que tenía un tamaño estimado de alrededor de un kilómetro de diámetro, fue comparable al de 940 millones de bombas de Hiroshima, publica The Independent.
"Debió de ser un verdadero espectáculo cuando este gran meteorito impactó en un paisaje árido, esparciendo polvo y escombros de roca en una amplia área", comentó el geógrafo Kenneth Amor, el autor principal del estudio.
El especialista destacó lo "excitante" de este descubrimiento, que se produjo gracias a que el objeto cósmico "por pura casualidad aterrizó en una fosa tectónica, donde los sedimentos frescos cubrieron rápidamente los escombros y los preservaron". Normalmente, el material excavado por el impacto de un meteorito gigante "rara vez se conserva, porque se erosiona rápidamente", explicó.
Las pistas del material expulsado
Hace 11 años, los científicos obtuvieron las primeras pruebas del gigantesco impacto cerca de la localidad escocesa de Ullapool. La investigación estableció posteriormente que el foco de la zona afectada se encuentra a una distancia comprendida entre 15 y 20 kilómetros de la costa donde se sitúa la población, que marcaría su extremo oriental.
El cráter, cubierto ahora por el agua marina y rocas más jóvenes, mide 40 kilómetros de ancho. Su límite oeste se encuentra en las islas Hébridas Exteriores.
Para determinar estos marcos, el equipo de Amor estudió el relieve y la distribución de fragmentos de roca conocidos como clastos de basamento. Tras colectar algunas muestras, los expertos llevaron a cabo su análisis geoquímico y estimaron la alineación de partículas magnéticas en varias ubicaciones. De esta manera se pudo medir la dirección en que había sido arrojado el material meteórico y trazar el probable centro del cráter.
A pesar de que se trata del mayor asteroide que impactó alguna vez en territorio de la actual Gran Bretaña, en la era Mesoproterozoica, cuando sucedió el evento, la isla se encontraba más cerca del ecuador.
Todas las conclusiones del equipo sobre el manto de material expulsado por el asteroide, que cubrió un radio de decenas de kilómetros, se reúnen en un artículo publicado en Journal of the Geological Society.
Con información actualidad.rt.com
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18 de febrero de 2020
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