Una de las clases de animales con mayor capacidad regenerativa son los gusanos planos. Pueden recuperar la integridad corporal al ser cortados por la mitad. En el genoma de uno de ellos, un grupo de científicos consiguió identificar el fragmento responsable de esta ventaja, la cual va mucho más allá del mecanismo que hace crecer la cola perdida en lagartos o salamandras.
Los investigadores estadounidenses, asociados a la Universidad de Harvard, se enfocaron en los tramos no codificantes del ADN del gusano pantera de tres bandas (Hofstenia miamia). Y entre la denominada 'basura génica' encontraron un gen de control 'magistral', que tiene la función de respuesta tempranade crecimiento (RTC) y está asimismo presente en humanos y otros animales.
La especie en cuestión habita en los litorales del Caribe y otros mares de agua tibia, según informa la revista Science.
"Lo que descubrimos es que este gen magistral (...) activa los genes que se prenden durante la regeneración", dijo el autor principal del estudio, Andrew Gehrke, en comentarios ofrecidos a The Harvard Gazette. Detalló que "las regiones no codificantes indican a las regiones codificantes que se activen o desactiven, algo que hace pensar que son interruptores".
Según sostiene la genética, las regiones no codificantes del ADN no están directamente involucradas en la creación de las proteínas que desencadenan gran número de procesos biológicos. Este conocimiento llevó a algunos a creer que dichas secciones genómicas no cumplían ningún propósito útil. La investigación de Harvard demuestra que no es cierto.
Genoma dinámico
Para que funcione la regeneración, el ADN en las células de los gusanos, que normalmente está muy plegado y compacto, tiene que transformarse y abrir más áreas disponibles para la activación. Partes de estos pequeños tramos del genoma y el código genético entero de los gusanos Hofstenia se vuelven más abiertos, según los autores.
Actúan como interruptores o reguladores para activar o desactivar los genes, lo que sugiere que sus genomas son dinámicos y cambian rápidamente, a medida que diferentes partes se abren y se cierran. Aunque los estudiosos se enfocaron en cómo funciona eso en los gusanos, también se proponían explicar por qué lo mismo no funciona en los seres humanos.
La profesora y especialista en biología Mansi Srivastava, quien estuvo a cargo del estudio, supuso que si la RTC puede compararse con un interruptor de encendido, también debe haber un cableado, que ha de ser diferente en los casos del gusano y del ser humano. En su estimación, el estudio ha permitido "llegar a ese cableado" en al menos una de las especies.
El artículo principal del grupo fue publicado en Science este 15 de marzo.
Con información Agencia RT
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18 de febrero de 2020
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